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Retrete, una revolución para millones de mujeres

18/11/2015. Día Mundial del Retrete. Sí, el día 19 de noviembre está dedicado a reivindicar la importancia de los sanitarios. Parece broma. Un chiste. Una risotada. Pero para millones de mujeres es cuestión de vida o muerte. Un retrete puede salvar la vida de muchas. Cuando se habla de derecho humano al agua, el saneamiento es el patito feo. Pero sin un saneamiento de aguas adecuado, es imposible tener acceso a un agua de calidad y tener una vida digna. Son millones de mujeres y niñas en el mundo las que tienen que aprovechar la oscuridad de la noche para defecar al aire libre. Son miles de mujeres las que huyen lejos de sus hogares sin cuartos de baño en busca de intimidad cuando tienen la menstruación. Y muchas de ellas son atacadas y violadas en estos momentos. Los innumerables casos de la India, por ejemplo, han llegado varias veces a la prensa. Una letrina es una auténtica revolución cuando hablamos de igualdad de género y eliminación de la violencia contras las mujeres. En todo el mundo. “Si preguntáramos a cualquier persona de un país desarrollado qué puede suponer un verdadero avance para la igualdad de la mujer, la respuesta nunca sería ‘una letrina’. Sin embargo, en los países empobrecidos del mundo la carencia de algo aparentemente tan irrelevante tiene enormes repercusiones en la dignidad, la salud, la educación y la igualdad de las mujeres. Así, los problemas de salud que padecen muchas niñas debido a la falta de letrinas les impiden ir a la escuela, lo que conlleva un desperdicio de su potencial intelectual y económico”, recoge el documento de Bakeaz ‘Agua y desarrollo: el reto de la conservación del medio hídrico’, de Víctor Peñas e Inés Masip. “Es mucho más sencillo encontrarse a un político inaugurando una inversión en agua potable que encontrárselo inaugurando unas letrinas. Está ausente de las políticas nacionales en materia de agua”, recoge un artículo de la revista Ágora. Y es que las metas de saneamiento en los Objetivos de Desarrollo del Milenio se  han quedado muy lejos de cumplir. Las cifras oficiales (2.800 millones de personas sin acceso) se antojan irreales. Nadie inaugura letrinas. Una letrina es una auténtica revolución.

Volver a empezar

05/02/2015. Un día sí y otro también. Todas las semanas, sin olvidar todos los meses y, por supuesto, todos los años. Acaba de empezar el 2015 y lo inicio como acabé el 2014: pasando horas y horas delante del ordenador. ¿Lo mío es rutina?: pensar temas, escribir mails, leer textos, buscar noticias, preparar entrevistas, redactar contenidos, abordar una página en blanco, hacer entrevistas, insistir con los mails, hacer llamadas, mover las redes sociales, enviar facturas, hacer listas de tareas pendientes, inacabar esas listas… En fin, cosas de la rutina. O no.
La independencia del freelance, aunque tenga parte de rutinaria, tiene mucho espacio de libertad. Hay días en los que trabajo en la habitación, otros en la biblioteca, hoy estoy en el salón y a veces me atrevo a ir a una cafetería. Todos los días hago lo mismo, y hay días en los que no hago absolutamente nada. Cada día vuelvo e empezar. Y es que me resigno a ver mi vida desde lo que tiene de negativo, que lo hay, y me aferro a lo hermoso para continuar siendo periodista, para vivir de ello como hago desde que abandoné la facultad hace casi diez años. Una década en la que cada día vuelvo a empezar, porque no hay nada aprehendido. Cada día, cada hora, intento enriquecerme y expulsar los temores para entregarme a una pasión.
Y vamos a por el 2015, un año que se antoja interesante. Un nuevo horizonte vislumbro: Berlín. Que, por cierto, está cerquita de Lisboa, por si alguien lo duda. El buscar historias, una de las tareas más complicadas del oficio, nos lleva a centro Europa, pero sin alejarnos del amado Sur. Este año y pico vivido en Lisboa ha sido tan gratificante y tan interesante que no me resigno a vivir sin ‘bicas’.
De acá para allá seguiré, no tengo dudas. Y lo digo hoy desde el salón de la casa mis padres, que siempre ha sido mi casa. Y lo escribo con la luz del Sol de Extremadura, porque no hay más placer que volver a empezar. Ir al inicio.

Ilusión lírica

26/12/2013“Todos llevamos esa nota escrita en el revés de los sobres, en las esquinas de periódicos, en tiques de autobuses usados o sin usar, donde hemos escrito una frase que en un momento nos pareció una nueva relevación del mundo, o del alma humana, y que luego volveremos a encontrar convertidas en pelotitas de cartón piedra, molidas por las aspas de la lavadora eléctrica, maceradas por el jabón, petrificadas por la plancha”.

Al fin, he conseguido transcribir esto que tenía escrito, con esa letra mía que cada día es más incomprensible, en una hoja tamaño cuartilla de un color rosa chicle que averigua de dónde he sacado. Y ahí la tenía, en mi agenda (cuadernillo de tareas e ideas que luego me cuesta releer) metida desde hace meses. Ahora lo leí (no me inspiraba para comenzar un reportaje –qué complicado es encontrar una buena frase de inicio, por cierto-) y descifré.

Está sacada y anotada, como si fuera metaliteratura (o metalectura), del libro Notas de prensa de Gabriel García Márquez, que volví a leer hace unos meses. Nunca me canso de leer al gran maestro (confieso que cuando me aburro cojo Cien años de soledad y me pongo a leer al azar; siempre descubro algo nuevo). Y esta relectura ha sido satisfactoria porque he podido visualizar parte de sus crónicas: cuando habla de Edén Pastora, a quien conocí en Nicaragua y con quien interactué como un auténtico rifle lanzapreguntas; o cuando narra sobre Portugal (mi actual casa); incluso cuando redescubro, en un texto titulado ‘Comisión de Babel’, que formó parte de la comisión que realizó el Informe MacBride.

Todo eso lo tenía apuntado en un papel rosa, en la que también ponía que esa ilusión de anotar cosas en esquinas de hojas varias era una “ilusión lírica” para Mitterrand (muchas veces nombrado en Notas de prensa).

Y mientras me llega la inspiración, disfruto con Gabo (así me pilla trabajando).

“En aquella travesía del desierto comprendí que no había un acto más espléndido de libertad individual que sentarme a inventar el mundo frente a una máquina de escribir”, palabra de maestro.

Mi primera vez

18/04/2012. ASUNCIÓN, PARAGUAY. Nunca estuve perdida, más allá del despiste habitual de las circunstancias, aunque a veces parezca que no tengo brújula. Pero al final, no sé si la insistencia o la necesidad, estoy dentro. Ya no hay escapatoria. Aún conservo cartas atadas con un lazo azul marino, recortes de periódicos por decenas, cajas de zapatos con notas, imágenes y revistas, carpetas con papelotes que nunca encuentro, revistas que no sé muy bien qué significan, papelitos con frases que en su día me dibujaron una sonrisa, agendas de la universidad y qué sé yo cuántas cosas que me niego a tirar, pero que no sé dónde ubicar.

Aún conservo todo aquello que me aferra a libertad, pero a mi pesar y a estoy en las redes sociales. ¡Y cuánto tiempo les dedico! Menos mal que intento justificarlo como una de mis innumerables contradicciones, esas que me hacen pensar y dudar. Pero ahora ya no hay duda. Estoy aquí, escribiendo un blog, una decisión postergada desde hace unos cuatro o cinco años. ¿He recuperado la brújula?, ¿estoy totalmente cuerda?

Espero que no. Que mi resistencia de antaño se traduzca ahora en palabras. Ya era hora de sentarme a escribir, a ver si me brota algo. No se me ocurre nada…. Cuando me acuerde de lo que quería decir ya sabré dónde venir, aunque siga estando perdida. O desplazada.
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