Extremadura no tiene mar, pero sí costa. Dos grandes ríos la cruzan de este a oeste, el Tajo, en Cáceres, y el Guadiana, en Badajoz. Y los grandes pantanos tiñen de azul el mapa de una tierra extrema y dura: para usos hidroeléctricos y para regadíos.

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(Altaïr Magazine, 30-05-22)