(BURGOS). Huele a enfado, a chamusquina de tres al cuarto convertida en un lío del quince. Las ideas de justicia, felicidad, igualdad y democracia son meros instrumentos al servicio de una lógica de dominio. Tendemos a la vida cómoda. Sin problemas. El éxito es una hipoteca y mil y un ratos de ola en Hola. Nos dicen que no debemos indignarnos, pero si no lucháramos ganarían siempre los mismos, acostumbrados a nacer con la victoria bajo el brazo. Los derechos nunca han sido graciosamente concedidos, sino trabajosamente conquistados. Porque hay quien nunca encontrará lo que busca pero sabe que tiene que seguir buscando. Aunque cada uno es cada uno y todos somos nadie, al menos, mientras lo genuino sea plural. Yo soy, y con eso me conformo: en mi ‘yo’ está contenido el ‘soy’. Contradictorio. Paradójico. Raro. Medio mundo ha declarado la guerra a la injusticia. Ducha por la tarde.