Día Mundial del Retrete. Sí, el día 19 de noviembre está dedicado a reivindicar la importancia de los sanitarios. Parece broma. Un chiste. Una risotada. Pero para millones de mujeres es cuestión de vida o muerte. Un retrete puede salvar la vida de muchas.

Cuando se habla de derecho humano al agua, el saneamiento es el patito feo. Pero sin un saneamiento de aguas adecuado, es imposible tener acceso a un agua de calidad y tener una vida digna. Son millones de mujeres y niñas en el mundo las que tienen que aprovechar la oscuridad de la noche para defecar al aire libre. Son miles de mujeres las que huyen lejos de sus hogares sin cuartos de baño en busca de intimidad cuando tienen la menstruación. Y muchas de ellas son atacadas y violadas en estos momentos. Los innumerables casos de la India, por ejemplo, han llegado varias veces a la prensa.

Una letrina es una auténtica revolución cuando hablamos de igualdad de género y eliminación de la violencia contras las mujeres. En todo el mundo. «Si preguntáramos a cualquier persona de un país desarrollado qué puede suponer un verdadero avance para la igualdad de la mujer, la respuesta nunca sería ‘una letrina’. Sin embargo, en los países empobrecidos del mundo la carencia de algo aparentemente tan irrelevante tiene enormes repercusiones en la dignidad, la salud, la educación y la igualdad de las mujeres. Así, los problemas de salud que padecen muchas niñas debido a la falta de letrinas les impiden ir a la escuela, lo que conlleva un desperdicio de su potencial intelectual y económico», recoge el documento de Bakeaz ‘Agua y desarrollo: el reto de la conservación del medio hídrico’, de Víctor Peñas e Inés Masip.

«Es mucho más sencillo encontrarse a un político inaugurando una inversión en agua potable que encontrárselo inaugurando unas letrinas. Está ausente de las políticas nacionales en materia de agua», recoge un artículo de la revista Ágora. Y es que las metas de saneamiento en los Objetivos de Desarrollo del Milenio se  han quedado muy lejos de cumplir. Las cifras oficiales (2.800 millones de personas sin acceso) se antojan irreales. Nadie inaugura letrinas. Una letrina es una auténtica revolución.