«Escuchar a defensoras del medio ambiente es una cuestión de vida o muerte», afirma Silvia Federici.

Llevaba tiempo anotado en la agenda: Vidalina, en Bilbao. Entrevista.

Vidalina Morales, de El Salvador, es la protagonista del documental No tememos miedo, en el que se relata la lucha contra la megaminería y cómo, después de mucho esfuerzo y dolor (fueron asesinadas cinco personas; es incluso obsceno ponerlo entre paréntesis), se logró una victoria única: El Salvador es por ley el único país del mundo libre de minería metálica. Mucho que aprender, sí.

¿No os parece una noticia sorprendente y muy desconocida?, ¿no os parece superinteresante que un pequeño país centroamericano legisle contra las grandes compañías mineras, esas que tienen sede en Estados Unidos, Canadá y Australia, para proteger a sus ríos y su territorio?, ¿no os maravilla que algo más de una década de lucha comunitaria haya tenido una victoria tan aplastante?

Supongo que las 250 personas que abarrotaron el Bilborock, una antigua iglesia reconvertida en sala de conciertos y eventos sita a escasos metros de la redacción de Pikara, para ver el docu y escuchar a la defensora salvadoreña responderían que sí a todas estas preguntas. También el otro centenar que se quedó fuera de la sala sin poder entrar después de hacer mucho rato cola. Hay trampa. Silvia Federici compartía cartel con Vidalina Morales.

La visita de la celebrity feminista a Bilbao corrió rápido por los grupos de mensajería rápida y otros espacios de comunicación instantánea. Casi todas queríamos verla. Aplaudo la estrategia de los colectivos organizadores de ampliar el cartel. Si no hubiera estado Federici, ¿cuánta gente habría ido a ver a Morales? No quiero cuestionar a quien fue solo por la feminista italiana, no pretendo comparar entre estas dos mujeres, ni saber a quién nos apetece escuchar y a quién un poco menos. No me gusta dar lecciones ni tirones de orejas. De hecho, ¿hubiera ido yo si no tuviera previsto entrevistar a la lideresa para Pikara Magazine?

Simplemente invito a reflexionar sobre cómo un tema nos llega más o menos según el envoltorio, quién lo diga o quién lo convoque; si una noticia o artículo se lee más según si el titular es más provocativo o irreverente, independiente de la calidad o importancia del contenido. Insisto con que ha sido un excelente acierto de las entidades organizadoras, todas ligadas al ecologismo y a la defensa de los territorios y los bienes comunes, que han logrado desbordar la sala para hablar de megaminería. De otro modo, estoy casi segura, porque, cosas de la vida, me gusta ir a estos eventos, el aforo hubiera sido mucho menor. Y han tenido otro acierto, invitar a participar en el acto, junto con Morales y Federici, a tres activistas vascas (Sara Ibáñez, Rosa Lago y Estitxu Villamor; perdón de nuevo por el paréntesis), quienes hablaron de la lucha contra Petronor en la población de Muskiz, entre otras cosas. Vamos, que el reclamo de Federici ha servido para hablar de extractivismo y defensa del medio ambiente, nada de brujas. O sí.

«Escuchar a defensoras del medio ambiente es una cuestión de vida o muerte», afirmó la italiana reconociendo la labor de Vidalina Morales y de otras tantas. «Quienes luchan contra las grandes empresas de minería, petroleras y del agrobusiness luchan por todas nosotras«, añadió en una breve intervención en la que recordó la responsabilidad de todas consumiendo tecnología de manera voraz. Por cierto, es honesto apuntar que Federici se amoldó perfectamente al guion y centró su intervención en la importancia del cuidado de la tierra, algo que otras celebrities que también han copado el Bilborock en anteriores ocasiones no han hecho. Imagino que una vez que tienes cierta notoriedad, tu nombre basta para decir lo de siempre y obviar el contexto y la compañía de cartel. Es más fácil replicar aquí y allí aquello que escribiste un día, que adaptar los conocimientos al momento y al lugar.

Tenemos que escuchar a Federici, pero también a Morales, quien en su clara y directa intervención recordó dónde tienen su sede muchas de las grandes compañías que explotan los recursos en América Latina: «No necesitamos dinero. Necesitamos vivir en armonía con la naturaleza de Nuestra América«. Un aplauso para la Federici, pero ante Vidalina me levanto para ovacionar.

En El Salvador, de momento hablamos de victoria si analizamos el papel de la minería, aunque hay que seguir vigilantes porque las leyes se destruyen más fácilmente que se construyen; la derrota está enquistada cuando hablamos de derechos sexuales y reproductivos: muchas mujeres empobrecidas siguen en prisión por sufrir abortos e incluso María Teresa Rivera tiene asilo político en Suecia por una cuestión clara de género. El primer caso del mundo documentado. ¿Hubiera puesto ella el cartel de aforo completo?

Y tenemos que recordar a Berta Cáceres, cuyo nombre salió en la mesa redonda, y también denunciar alto y claro que siguen matando a defensoras, aunque no nos enteremos porque la noticia no se ha hecho viral. La brasileña Dilma Ferreira Silva, coordinadora del Movimiento de Afectados por Represas (MAB, por sus siglas en portugués), fue asesinada el pasado día 22, junto con su marido y un amigo. Y poco o nada se ha contado de esto.

Las defensoras de América Latina son una clara apuesta editorial para un medio feminista como Pikara Magazine, pero sabemos que estos contenidos apenas nos dan visitas, ni visibilidad, ni vamos a llenar aforos hablando sobre ello. Pero creemos en la importancia de estas historias que defensa que sirven para protegernos a todas, a nuestros cuerpos y a nuestros territorios. Necesitamos a las celebrities, pero no podríamos vivir sin las defensoras. Ellas se juegan la vida. La próxima semana entrevisto a Vidalina Morales.

 

[Publicado originalmente en Pikara Magazine]