(LISBOA. PORTUGAL). «El tema es potente, me gusta, pero sólo aceptamos las colaboraciones que vengan de parte de la dirección». El editor supuso que inmediatamente después cejaría en mi empeño. Supuso mal. Ocho meses después el director sigue reunido (o ha salido o no contesta). Aun a riesgo de parecer anecdótico, hay otro gran culpable en el drama de las empresas de comunicación: los experiodistas declinados en editores de turno. Al servicio del dinero y al olvido del Periodismo, son máquinas de destruir: historias, ilusiones, crónicas, sueños, periodistas, entrevistas, gente. El filtro del Ejspañistán Times no sabe de calidades ni entiende de relevancias, sólo sirves si eres el hijo de o si has pagado el máster del grupo. No me lo explico. O sí. Por retomar el ejemplo clásico: el calor hace que los huevos se conviertan en pollos, pero no hay calor que sea capaz de convertir las piedras en pollos. El reportaje, por cierto, lo publicó un medio extranjero.